Este post es de esos que no me gustaría escribir nunca sobre ellos, pero no me deja indiferente ante el problema con lo que siempre es bueno echar la vista hacia atrás. Cuántas veces muchos nos hemos sentido con ganas de ayudar a personas que están tan necesitadas de nosotros, bien con una pequeña aportación económica (y que entre todos esa PEQUEÑA aportación se convertiría en GRAN aportación) o tan simple como acudir a algún albergue o comunidad de los muchísimos que hay, que necesiten nuestro apoyo y calor humano, no sólo en estas fechas que están por llegar sino en cualquier época del año, pero quizás en éstas fechas (desgraciadamente) nuestros corazones están más abiertos a echar esa mano. Hace tiempo que intenté irme una temporada por medio de una monja que conozco desde hace años (la cual me impartió clase) y que desde entonces mantengo una preciosa relación por vía de cartas y que ahora gracias a internet nos hace estar aún más cerca y fluida nuestra relación, le cuento muchas cosas de mi vida, ella siempre se interesó por ella y se posicionó a mi lado sin indagar el porqué de las cosas que me han ido sucediendo con el paso de los años, aunque lo que salta a la vista tampoco hace falta mucha explicación. Me lleva diciendo hace mucho que es un buen momento para que le dé un giro a mi vida, un giro que me haga llenar y sanear esos "grandes vacíos" que tanto duelen como persona, mujer, madre, hermana, sobrina y amiga. Siempre que hablamos me dice, Mamen (siempre me llamó así para diferenciarme a la vez que muchas de las compañeras del colegio porque mi nombre abundaba de manera brutal en aquella época) no mires atrás, borra de tu mente el dolor o al menos trata de mitigarlo cada día un poco más en la medida que puedas por tu propio bien, a lo que yo siempre le pregunto ¿y cómo se hace eso cuando el dolor es tan intenso y tan incompresible Madre? y ella con esa Paz que me transmite con su ternura en cada palabra me dice, mirando a los lados Mamen, mirando hacia atrás y ver cuánto dolor hay en personas que tan injustamente sufren por el mero hecho de haber nacido en un lugar inhóspito, cruel, plagado de guerras, hambre, tristeza a raudales, y ahora mirate tú, comes todos los días, tienes un "hogar" más o menos cálido, un trabajo estable, los tuyos están sanos, no sufren penurias, no ves miserias ¿no te parece que es motivo suficiente para tratar de ladear lo que tanto te hace sufrir a ti? y aunque cierto es que el ser humano tiene tendencia a mirar solo y exclusivamente sus problemas (yo incluida) le respondo tanto a ella como en la soledad de la noche a mi misma, que sí tiene razón y es motivo más que suficiente para ir dejando atrás la primera persona "yo" y pensar más en "él" "ellos"..
Me indicó hacer algo que en cuanto pueda y mi salud me lo permita, miraré la posibilidad de hacerlo, sé que estaré haciendo lo correcto y llenará mi vida lo suficiente como para tratar de "olvidar" mis problemas y tristezas en pro de los que verdaderamente sufren dolor, ojalá Dios me ayude y mis padres desde el cielo, las personas que más me han querido en mi vida sin lugar a dudas..
No sé si a alguien le llegará este escrito, si es así, me alegrará saber que aunque solo sea un minuto haya podido abrir un poquito los ojos y el corazón a personas que al igual que yo estén pasando un momento lleno de confusión y a veces de angustia.
Mirar atrás de vez en cuando hace que nos sintamos un poquito mejor y que intentemos por todos los medios posibles dirigir nuestra vida hacia el lado que mejor creamos, si es al lado del que sufre más que tú, aún mejor..
Gracias Sor Teresa por estar siempre a mi lado y por aportarme siempre el calor de sus palabras en el momento preciso. Posiblemente ese viaje del que hemos hablado tantas veces esté cada día un poquito más cerca, mil besos.
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