sábado, 20 de enero de 2018

De ti para mí. Gracias Bego...


Gracias Bego amiga mía, esta dedicación es preciosa como todo lo que escribes, me ha emocionado especialmente. Mil gracias por pedirte y responder, ha sonado aún mejor de lo que ya esperaba de ti. Gracias, siempre Gracias. Un beso enorme amiga...



Contemplando el mar , echa la vista al cielo en busca de sus estrellas , aquellas que desde lo alto, velan por ella y una brisa de recuerdos la traslada a su infancia .
Peina delicadamente su mente con abrazos envueltos en risas y juegos que se recolocan en el álbum de su memoria.
Anaquel del alma , bella esencia , retazos impresos.
Como agreste ventisca , sus pupilas destilan nostalgias que calan los huesos.
Otros días la emoción viaja al centro del corazón donde sigue cobijando a su gran amor , ahora ausente.
En aquel tiempo , él fue timón del barco repleto de ilusiones donde ambos solían navegar acurrucados bajo el calor de sus ardientes besos .
No sabían que al acecho esperando la oportunidad, agazapada estaba una marejada celosa y resentida con los sueños ajenos .
Desprotegidos y a la deriva , negaron la evidencia del fuego a sus desnudos cuerpos .
La locura , desesperada por sobrevivir braceó hasta quedar exhausta , pero sin salvavidas se hundió en el trasiego de las olas bravías.
Aferrada a una destartalada tabla , solamente la cordura fue capaz de alcanzar la orilla.
Tiritando de frío los dos se dijeron adiós y en ese momento , comprendieron que el hielo también quema.
Y una vez en tierra , cuando menos lo esperaba , la soledad llamó a su puerta .
Sin pensarlo dos veces abrió, pecó de generosa ...Aunque era una extraña la invitó a tomar café y sentarse a su mesa.
Sin cinismos ni irreverencias , aunque de vez en cuando zahondando en terreno fangoso, se habituaron la una a la otra.
Ahora en su presente , a pesar de las minas de decepción y sufrimiento que día a día sortea , pisando con precaución para no morir en el intento , ella , valiente y aguerrida , siempre vence las trampas que la vida a cuchillo le va lanzando al encuentro.
Solo de vez en cuando se da una vuelta por su pasado , ya pisado , pero la huella aún sigue intacta .
Cierra los ojos , sonríe hacia dentro y sueña con nacer de nuevo.


Por Bego Río.-

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