martes, 7 de abril de 2009

La falsa tolerancia de los intolerantes..


Es curiosa la tolerancia de los que presumen de tolerantes cuando no se pone en práctica en un gran número de veces, hoy sin ir más lejos lo he podido comprobar en propia piel con algo muy nimio pero importante para mí, por prescripción médica tengo que hacer una tabla de ejercicios diarios (incluido caminar..) y drenajes linfáticos hasta que haya una solución vascular (si la hubiera..) definitiva a mi problema. Pues bien, aprovecho todo momento para poder caminar un rato, cuando estoy trabajando en vez de ir a tomar mi cafecito, voy junto a mi compañera Charo a dar unas vueltas en llano (fundamental..) por unas pistas de atletismo que tenemos cercanas, algo que viene muy bien puesto que caminar en llano por Oviedo es algo prácticamente imposible, dados los altos y bajos que tiene. Lo llevamos haciendo unos días y la verdad es que me hace sentir mejor, no tanto por mi problema en sí como por la satisfacción de haber hecho parte de "mis deberes diarios" pero como siempre tiene que haber un "listillo prepotente e intolerante" en todos lados pues hoy tocó tropezarse con uno de la mencionada especie, son varias las personas que acuden a hacer sus ejercicios, unos de una manera, otros de otra, la nuestra es simplemente caminar haciendo varias vueltas a las pistas, cada tres vueltas es un kilómetro o kilómetro y medio, tiene dos carriles, uno por dentro sobre césped y el otro por fuera en asfalto, al principio lo hacíamos por el asfalto, pero dado que se nos dijo que era más recomendable ir sobre el césped y que hoy apenas había tres o cuatro personas corriendo, decidimos hacerlo por el césped (diferencia notoria, pues el pie sufre mucho menos..) el ancho del carril es bastante considerable para tener cabida todo "bicho viviente" pues no, ha tenido que salir al paso el típico listillo llamándonos la atención de que no estábamos en situación óptima para ir por el césped pues no teníamos "ropa adecuada" para ir por la misma, como es lógico y sin dar demasiadas explicaciones le respondímos educadamente pues estábamos en nuestro derecho de hacer el uso que más nos conviniera lejos de llevar un bonito chandal o en su deferencia un pantaloncito corto enseñando cachas (como él y que parece era lo que el individuo reclamaba..) en décimas de segundos se puso de un chulo subido y simplemente por recordarle nuestros derechos (como los de él..) nos llamó mal educadas, que mala es la "intolerancia" y lo que es peor, que malo es creerse ser tolerante cuando lo que realmente es todo lo contrario. En fin, al menos (aparte del mal cuerpo que te queda por unos instantes..) nos hemos reído un buen rato mi compi y yo gracias a la majaderia, intolerancia y prepotencia de este "buen señor"..
Carmen.

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