viernes, 6 de agosto de 2010

Hasta siempre querida amiga..


Querida Carmela : Fíjate que hora es y no me puedo dormir, me viene a la cabeza una y otra vez tu recuerdo y esa fatídica llamada, aún sabiendo lo mucho que estabas padeciendo con tu grave enfermedad jamás la hubiera querido recibir comunicándome tu marcha, sé que es por mi parte una postura egoísta pero nos hacías mucha falta aquí a los que te queríamos y querremos de por vida. Supiste llevar tu enfermedad con mucha valentía, fuerza, entereza y lo que aún es más importante con muchísimo optimismo, algo que es fundamental para cualquier enfermedad y que en tu caso jamás te ha faltado, solo te venías abajo cuando los efectos del tratamiento te hacían estar muy malita, pero en pocos días volvías a remontar enfrentándote nuevamente con ese optimismo que siempre te escuchaba en nuestras conversaciones ¡tenías tantas ganas de vivir..! Me dabas aliento a mí cuando la que realmente estaba pasándolo mal eras tú, eso mi querida amiga lo recordaré siempre y me servirá de ejemplo en mis malos momentos. No pudimos llevar a efecto ese cafetin que nos íbamos a tomar cuando tú y yo mejoráramos un poquito (especialmente tú..) con lo que no imaginas lo triste que me siento. Veo tu teléfono en mi agenda y siento una tremenda impotencia y tristeza pues ya no podré volver a llamarte, a saber de ti, a hablar de nuestras cosas, a hacerte reír por un instante con mis payasadas y escuchar esa risa que tenías tan de verdad, a la vez que contagiosa. No puedo creer que ya te hayas ido Carmela, imagino que como me ha pasado con los míos (los que también me dejaron sola un mal día..) me acostumbraré a estar sin tu presencia, sin tu voz pero jamás podré ni quiero olvidarte porque fuiste la bondad hecha mujer y eso es muy difícil de encontrar hoy día. El sacerdote que ofició ayer la misa y una de tus amigas expresaron y resaltaron magníficamente esa bondad y participación (hasta que te pusiste malita..) con la parroquia, fue muy emotivo escucharlo y me sentí una vez más muy orgullosa de ti y de haber sido tu amiga a la vez que compañera de trabajo, aunque últimamente ya no estuviéramos en la misma oficina. Solo me resta desear que seas muy feliz en ese cielo que los que somos cristianos al igual que tú creemos que existe, que hayas encontrado el descanso que tanto necesitabas últimamente y que junto a mis padres, estés siempre al lado de las personas que te hemos querido y te queremos. Hasta siempre amiga mía, hasta siempre Carmela, con todo cariño y admiración de tu amiga. Un beso donde estés..

2 comentarios:

Rocío (Piuchi) dijo...

se me saltan las lágrimas apa, que bonita carta de despedida, es muy triste perder a seres tan queridos, pero verás que allá donde esté que seguro que es un sitio bueno estará velando por ti y te mandará mucha fuerza para seguir adelante. ánimo apaa, te mando un beso enorme!!!

Շαґмєŋ.- dijo...

- Gracias Roci..!! Hoy estoy un poco plof todavía, no puedo creer que ya no esté a nuestro lado un ser tan extraordinario como lo era ella, de esas personas que quedan contadas con los dedos de una mano y que posiblemente por eso, la eche más en falta y a la vez me sienta orgullosa de haber sido su amiga. Ya encontró descanso...

Un besin y muchas gracias mi cielo.