viernes, 20 de agosto de 2010

Llega la noche..



Y es cuando mi cabeza empieza a dar vueltas con unas cosas y otras, por el día doy lo mejor de mí y aparentemente todo parece normal, pero llega la noche y es como sufrir una pequeña transformación. Pienso en todo aquello que por el día no me puedo permitir por falta de tiempo, por estar con la mente ocupada en otras cosas no menos importantes, pienso en mi futuro, me invade la curiosidad por saber que me espera, me intriga y a la vez me inquieta. No tengo grandes motivos para una preocupación extrema pues tengo un buen trabajo y en ese sentido mi futuro está más que de sobra cubierto, pero me inquietan otras cosas que también son importantes en la vida de cualquier persona. Adopté una forma de vida diferente hace años, la que he querido tener, pero a veces pienso en el precio tan caro que ello me pueda suponer el día de mañana ¿dónde estaré, con quién, cómo, de qué manera., estaré contenta, no lo estaré, tendré buena salud, sufriré más de lo que ya he sufrido en la vida..? y un sinfín de preguntas sin respuesta lógicamente, si las tuviera sería Dios, y solo hay uno. A la vez me preocupa que mi hijo, lo único que tengo en mi vida importante, no encuentre un buen trabajo y se sitúe en la vida, que pueda ir creando su ambiente, su propia vida como lo hemos hecho todos (aunque a unos les haya salido mejor que a otros..). Es realmente desesperante para una madre ver a tu hijo con 24 años que ha hecho su carrera, su máster, que tiene una buena preparación y que no encuentre trabajo. Ver y sentir su impotencia en mi propia piel sin poder hacer nada cuando siempre he tenido una ayuda para él mientras estaba bajo mi manto, pero ahora ya no se trata de lo que los padres les vamos aportando mientras son adolescentes, ahora ya es un hombre, con su objetivo académico cumplido y ya no podemos hacer más nada. ¿A dónde va encaminado este país..? ¿qué futuro tienen nuestros hijos en él..?  me da terror solo pensar que se tuviera que ir fuera a encontrar trabajo pues la mayoría de las veces es un "ir y ya no regresar" y temo que eso llegue algún día si la situación actual no mejora. Cuesta mucho deshacer ese cordón umbilical que te ha unido durante años, pero entiendes después de muchas vueltas de cabeza que es ley de vida, que se repite con cada generación e intentas acoplarlo a tu vida con gran pena y después de todo ese acomodo ¿tendré que asumir también verlo partir porque este país, el nuestro, no les proporciona un trabajo a nuestros hijos..? A la mañana siguiente de estas a veces tormentosas noches, me siento como si hubiera caminado mil kilómetros sin descanso alguno, el desgaste de energía es enorme, me siento agotada y me cuesta horrores enfrentarme a un nuevo día pues pasadas unas cuantas horas más, no sé si de nuevo volveré a tener una de estas noches en las que mi cabeza no descansa lo que tiene que descansar. Dios nos dice que nos esforcemos y seamos valientes, que no temamos ni desfallezcamos porque Él estará siempre con nosotros, pero incluso hasta el mejor de los cristianos balbucea, teme y sobre manera duda. Sé que esto les pasa a muchas otras personas pero yo siento como una necesidad a veces, de echarlo fuera y en voz bajita...

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