domingo, 16 de noviembre de 2008

Ingratitud..


Alguna vez he leído que la ingratitud es como si fuera una de las hijas del egoísmo.
¡Cuántas veces se da vuelta a la cabeza sin importar lo que hay o quién hay a nuestro lado y lo mucho que probablemente ha hecho por nosotros! cuando lo sentimos en propia piel duele de una manera tan grande que es difícil describir en unas pocas letras. Cuando hablamos de ello con nuestro entorno, nos suelen responder que más adelante será la conciencia la que nos cause un recuerdo lleno de dolor y arrepentimiento por haber mostrado esa ingratitud e indiferencia (no me reconforta y por el contrario me causa aún más tristeza) en algunos casos como propios padres, otras como amigos y otras como hijos. ¡¡Damos tanto a veces y recibimos tan poco....!!
Cuando vemos tantos casos de hijos que al llegar una ancianidad en sus padres los dejan en asilos cuando en realidad hay un pequeño huequecito en sus casas para atenderlos de cerca y darles todo aquello que un día esos mismos ancianos nos han dado con tanto amor y a manos llenas, a mí particularmente me llena de inmensa tristeza ver esa falta de gratitud, ver tanta falta de humanidad, tanta indiferencia y desprecio.
¿Pq no recordar esas noches en las que perdieron su sueño por atender nuestro llanto, pq no recordar esos días con sus noches al pie de una cama de hospital cuando hemos estado malitos, pq no recordar que antes de abrir la boca ya teníamos lo que necesitábamos, pq no recordamos cuántas cosas dejaron probablemente en el camino por atender nuestras necesidades...? tantos y tantos pq sin respuestas...
Yo no soy de las que me conforma saber que lo que un día he hecho, podré recoger más adelante, eso es una frase que el Ser Divino nos dejó y que poco o ningún caso hemos hecho de ella, como tantas otras cosas..
Si alguna vez hiciéramos un repaso a nuestra conciencia probablemente nos daríamos cuenta de cuánto dolor podríamos estar causando en nuestro entorno, sea familiar, hijos, parejas, amigos, conocidos...
Sería bueno examinar y reflexionar sobre nuestras acciones, a más de uno No le gustaría lo que ve en el espejo de su alma con lo que quizá estaría a tiempo de remediar todo aquello que necesita un "pequeño cambio" pues más tarde de nada sirven lamentaciones, arrepentimientos y entonar la locución latina del mea culpa, pues puede ser que ya fuera muy tarde..



1 comentario:

LUZ MARCELA dijo...

me gusta mucho tus blogs...QUE LINDO ESTE EN ESPECIAL....